La auténtica libertad es sentirse en paz con uno mismo || Lizzie's motherfuckers

Lizzie, la señora tranquilidad. La que puede pasarse las horas sentada en la hierva mirando a la nada. A la que le das un porro y dejas en un sitio y de ahí no se mueve. En paz consigo misma y con todo. Alterarla es todo un logro que solo unos pocos pueden lograr. La de las palabras pasadas de moda, de otra época. Las adora, con algo que realmente le caracteriza. La que habla como si siempre fuera fumada, alargando las palabras, los espacios. Es como si le dieras al botón del “slow” en medio del bullicio de las grandes ciudades y la vida moderna. Anda despacio, come despacio, habla despacio… ¿para qué hacer las cosas con prisa? Y siempre tiene tiempo para todo. Nadie sabe cómo lo hace, pero mientras todos van agobiados y haciéndolo todo deprisa y corriendo ella lo tiene siempre bajo control. No come mucho, pero sí duerme lo suyo. No se le podría considerar vaga aunque lo aparente, simplemente es tranquila, demasiado. Pero nunca la verás cansada o aburrida, siempre con algo que hacer aunque a la gente normal le parezca que no está haciendo nada. Habladora y amante de los silencios al mismo tiempo. Las conversaciones con ella pueden durar horas y contienen todos los temas posibles, pero siempre que sean profundos u abstractos. A ella no le hables de economía o ropa, pero ponte a divagar con ella del sentido de la vida y no acabarás nunca; pero disfrutando con ello. Con una extraña forma de pensar que nunca deja indiferente, esta chica cree que la comunicación es lo más importante: ya sea mediante el arte o la palabra. Así que siempre le veras comunicando cosas.


Liz no es una chica especialmente dulce o cariñosa, sino más bien algo arisca. Si, es una bohemia, pero de ahí a que le guste tener a gente encima todo el rato hay un gran paso. No amiga de los brazos ni de que la toquen. No sabe decirte por qué, pero prefiere tener su espacio. Respirar. Aire. Es un alma libre que no quiere verse encerrada ni en un simple abrazo. Pero con sus amigos tiene días “oso amoroso”, en los que le apetece un buen abrazo, un par de besos y jugar como una cría. Son días raros, días en los que suele dejar la droga y se dedica a hacer la cría. Nadie sabe cómo le empiezan o porqué, pero cuando le ven con una sonrisa infantil y los ojos no nublados ya saben lo que les espera. Con sus amigos es alguien liberal y confiada. Pero confiada en plan bien. Da su total y absoluta confianza a quien se lo merece, convirtiéndose en sus hermanos y hermanas del alma. No hay secretos, ni traiciones, ni mentiras, ni tonterías. Ella odia las peleas y discordias y las quiere bien lejos. Con sus amigos es más abierta aun, es alguien que te cuenta su vida sin tapujos ni vergüenza; que te pide consejo o ayuda si lo necesita y siempre te ofrece lo que quieras. Lo suyo es tuyo. Pero también exige lo mismo a cambio. Por eso no te sorprendas si llega a tu casa y se tira en tu sofá semidesnuda y despeinada a desayunar; pero no le molestará ni una pizca que hagas tú lo mismo en la suya. Independiente y dependiente al mismo tiempo. No necesita a los demás para hacer las cosas, pero sí para vivir. Aunque es totalmente independiente no se imagina la vida sin la gente que quiere, y no quiere hacerlo. Los amigos son la segunda cosa más importante de su vida, justo tras el arte. Y solo porque ella misma está hecha de arte.


El arte para ella es la máxima expresión de la libertad. En el arte todo es posible y no está sujeto a ninguna norma o ley, solo a la imaginación del artista. Al arte es lo que desayuna por las mañanas, lo que respira en cada momento, lo que siente en un orgasmo, lo que le hace sonreír… Todo es arte. Toda ella está formada por arte puro y duro. Dibujar desde siempre fue su pasión, desde los lápices de colores a la acuarela; los rotuladores, los bolis, los collages, el carboncillo… y finalmente, el graffiti. Le gusta dibujar con lo que sea, sobre lo que se le pase por la cabeza. Siempre cosas que dan que pensar, siempre algo con un guiño a la humanidad, siempre algo que te diga algo. El arte no es solo hacer algo bonito, sino que además tiene que significar algo. En su caso, suelen ser cosas reivindicativas. Quejas. Críticas. Denuncias. Da igual que sea a una persona, que aun grupo, que a una idea, que a un sentimiento. Pero siempre con respeto. Es su forma de pensar y por eso siempre lo firma todo con su sobre Z. Entiende que haya a quien no le gusta y no impone ni sus ideas ni su arte; pero si pide que lo respeten. La cosa que más en serio se toma. Su vida. Si se sumerge entre los botes de grafitis es imposible sacarla, por mucho que le grites o zarandees. Ella seguirá en su cabeza, en su trance artístico, en ese mundo difuso en el que se introduce cada vez que tiene que pintar. No la interrumpas o te lanzará un bote a la cabeza. Bueno, no. Lo cierto es que su capacidad para aislarse el del mundo que le rodea es increíble, con lo que el arte de ignorar ella lo domina de manual.


¿Bohemia enamorada del amor? Lo cierto es que sí y no. Le gusta el amor, le encanta esa idea, esa forma de pensar, ese sentimiento. Le encanta Moulin Rouge ahí donde la ves. Lo que no le gusta es el amor de Hollywood. Las pijadas de palabritas que se dicen durante citas y citas, previamente planeadas, para finalmente follar y que uno de los dos muera. El amor y el sexo son cosas diferentes que mejoran si se juntan, pero que pueden vivir separadas. Lizzie tiene 19 años, está en la flor de la vida, es guapa y le gusta divertirse. Le encanta ir de fiestas, cuanto más salvajes mejor, beber, fumar, drogarse y echar un buen polvo. Le encanta el sexo. Ya sea con hombres, o mujeres; de uno en uno, o con muchos a la vez. A ella, le encanta. No cree que mezclarlo con la amistad sea malo, sino que es otra manera de relacionarse. Y luego está el amor. Aun no lo ha experimentado en ambos sentidos y en su máxima esplendor, pero por ahí estará, ¿no? en alguna parte, buscándola también a ella. No está obsesionada con encontrar a su media naranja pues sabe que eso no la hará aparecer antes. Le da igual que sea un (o una) amigo de toda la vida, un completo desconocido, un polvo, un amante… cuando eso pase, lo sabrá, y también sabe que no será cosa de un día o una noche, sino algo que surja lentamente.


Su vena más friki e imaginativa. En el arte plasma lo que ve, lo que siente. Y especialmente lo que sueña o imagina. Su mente siempre está llena de los colores brillantes que normalmente viste. Otros mundos, otra realidad, otra forma de vivir. Le encanta leer aunque es incapaz de escribir, por lo que suele ilustrar los libros que más le gustan y luego llena su casa de esos papelitos. Friki de Harry Potter, de Eragon, de El Señor de los Anillos… y de algún que otro videojuego. Puede que no le gusten las cosas tecnológicas y que ni tenga una consola, pero cuando sus amigos le ponen un mando en las manos, Lizzie se descontrola. Le encantan las cosas raras y especiales, como ella misma. Le encantan las criaturas mitológicas y suele ser un tema recurrente en sus dibujos. Bromance. Le encanta liar a todos los tíos con todos los tíos de cualquier peli, libro o lo que se que caiga en sus manos. Yaoi. Nada le pone más en este mundo que ver a dos tíos besándose ( y todo lo que viene después de eso…), y pocas cosas son más divertidas que luego ir a Tumblr a buscar las paridas y hacer otras cuantas. Puede que no tenga portátil, pero gracias a sus amigos ha subido bastante dibujos y cuanto puede le roba a algún@ el Smartphone y se mete en esa dichosa pagina que es la única excepción que existe (junto con la X-box y algún que otro reproductor de música) a su “odio la tecnología”.