Rompiendo la Monotonía » {Ocupado: Hall R. Fellow }

Romper un poco la monotonía de la vida no era un pecado imperdonable. Soportar una semana larga y cansadora no era fácil, algunas veces era cuestión de mandar todo al carajo pero no siempre uno podía hacerlo, no era imposible pero las cosas cotidianas te lo impedían casi siempre.
Aquella semana era exactamente esa clase de semanas que Savännah hubiera mandado todo al carajo. Durante aquellos cinco largos días cosas desagradables le habían sucedido, pleitos con las personas rectas al modelo social, problemas en su hogar, su vehículo se había descompuesto, un poco de todo. Aquellas clásicas situaciones que molestan les toco vivir, no pude evitar pelear con el empleado del banco, ni tampoco con el mecánico del taller en donde había dejado su movilidad; solo se consolaba pensando en que pronto llegaría el fin de semana y podría descansar de la monotonía.

Y el día llego. El viernes dio comienzo al amanecer. La joven Francesa se levanto con lentitud, se preparo un café bien cargado para comenzar el día y se metió en el cuarto de baño para darse una ducha. A media mañana salió de su casa, visito a un par de alumnos que había prometido pasar. Ellos eran adolescentes, menores que ella, que en algún momento les había enseñado algún instrumento. La sincera verdad era que se había encariñado y a ellos también le había pasado, por eso sostenían una relación fuera de lo profesional. Declinó la invitación a almorzar y se marcho hacía una tienda de música, había querido pasar el día anterior ya que días atrás había encargado unos discos viejos. Recogió los discos y se fue a almorzar.
Ya a la tarde retomo las clases con algunos muchachos, al mirar al reloj de su muñeca parecía que la hora no pasaba más.

A la tarde una amiga de ella le envió un mensaje, la invitaba a cenar y a tomar un trago en "House of Blues", un lugar visitado por ellas dos. A Sav le encantaba ese lugar ¿Porque? Toda las noches siempre iban bandas nuevas, conocidas o no. Era una mezcla de ritmos y eso le agradaba. A veces también iban bandas de salsa cubana y esa eran las veces en donde ella no podía faltar. Por eso decidió aceptar la invitación de Clara, su amiga. Quedaron en ir allí a las diez de la noche, hora en que ella terminaba su trabajo.
El día transcurrió lento aún, siguió dando clases, luego salió a caminar por allí todo en un mero esfuerzo para no sentir el pesado tiempo sobre su espalda. Como a las ocho de la noche regreso a su casa, se volvió a duchar ya que en el día había estado en contacto con suciedad y ya se vistió para salir. Se colocó un vestido casual, sensual pero que no llamaba demasiado la atención, unos zapatos, cepillo su cabello y con un broche lo sujeto en una coleta, dejo caer algunos mechones sobre su rostro. Se maquillo un poco los ojos y la boca. Una vez lista hizo un poco de tiempo en el lugar y a las diez de la noche salió de su hogar.

Como no quedaba lejos de donde ella vivía decidió ir a pie. La noche era serena y hermosa, perfecta para caminar. A pocas cuadras de house of blues su móvil pitó, lo saco de su bolso y al leer el mensaje que le había llegado maldijo a los cuatro vientos. Clara le avisaba que no podía ir, pedía disculpas pero decía que le había surgido algo de ultimo momento. Savännah vacilo en ir al lugar pero se pregunto que haría en la casa. ¿Ver una película? ¿Dormir? Tras aquellas ideas siguió caminando hacía el lugar, no le importaba si estaba sola, total era escuchar un rato de música y beber algo. Si tenía suerte quizás bailara algo de salsa y esa sería toda su noche.

Un poco decepcionada llego al lugar y saludo al hombre que estaba en la puerta. Como iba seguido ya lo saludaba como amigos de toda la vida, además se lo había cruzado varias veces por la calle y era realmente sociable aquel hombre. Pagó la entrada y entro. La primer impresión al entrar fue algo débil, no había muchas personas dentro. Sin importarle aquel pequeño detalle se acerco a la barra ocupando un banquillo. Pidió un "Barton", un trago que solo era Calvados, Whisky, ginebra. Dejo su cartera sobre la barra y dio media vuelta para mirar la banda que en aquel momento estaba tocando. Era rock, cuatro jóvenes de quizás veinte años, pelo largo, delgados. La música no desentonaba con el lugar, era ese estilo de melodía que es agradable para chalar y escuchar al mismo tiempo.
Allí, sola me dispuse a escuchar a la banda durante un lapso de tiempo. Cuando su turco acabo se retiraron del escenario y otra banda subió, mientras hacían un ultimo vistazo de los instrumentos una música lenta surgió de los parlantes. Tome un sorbo corto del vaso y mientras curioseaba con la mirada mi pie seguía el ritmo de la melodía.