▷ ◖Midi◗ ◁

Cuando por tus venas fluyen sentimientos y sueños, y tu mente es tildada de ilusa, digna de la de un genio, la vida siente esa necesidad de atropellarte más de lo que debería.

Él antes, incluso antes de toda esta "revolución", cuando aun era un niño, era diferente, no sobrehumano, ni único, simplemente diferente a su entorno: le rodeaba una densa oscuridad donde unas cuantas luces iluminaban, pero él deslumbraba. Siempre sonreía con esa perfecta hilera de vistosos y blancos dientes que desde que le salieron tras los de leche ha tenido. Su corazón era más grande que su pecho y tenía un extraño don para el hablar y el saber estar que muy pocas veces un niño posee. Su creatividad no conocía fronteras y aniquilaba los límites, cualquier cosa podía ser su musa como cualquier cosa podía ser usado para retratarla. Desde pequeño su imaginación le ayudaba a crear otros universos, millones de imágenes que pintar en los mil y un cuadernos que tuvo. Mientras, que con un simple "Te quiero" o "Todo irá bien", con sus manos manchadas de pintura, barro, arcilla o lo que fuera, buscaban abrazarte. Él era una estrella entre luces; una estrella que perdió su luz.

Podría haber sido así siempre, madurar y seguir sonriendo, pero la vida, y disculpad mis palabras, llega a ser muy puta, y siquiera, la más fuerte de las voluntades es capaz de aguantarla. Los diferentes sucesos y momentos que componen su vida le han llevado a ser una persona reservada, que tiende poco a mostrar sus sentimientos y a dejarse realmente conocer. Se esconde tras esa parte suya con un magistral saber estar y habilidad para evadir sin molestar ni herir. De palabras justas, ni demasiadas, ni menos. Se preocupa por el hecho de que el arte nazca, reviva cada segundo, olviando que él y el resto del planeta existe. Por otro lado, tiene un claro sentido moral y una ética deslumbrante, manteniendo la nostalgia de esa luz que quien sabe, quizás permanezca dentro de él. Es por esto último que tiene un concepto de justicia que quizás todo el universo debería tener; un justo de verdad, origial, casi de pura sangre. Por eso mismo no dudará en defender a quien deba, y a quien no, simplemente siquiera dirigirá palabra, no empeorará más la situación.

Neutral entre los neutrales; sincero hasta para la verdad; cuidadoso como el que más.

Es alguien que no perdona, ni odia, simplemente lo deja estar hasta que su interior se estabilice y sepa como volver a mirarte. Quizás no te vuelva a hablar, quizás sí pero no como recordabas, sea como sea respeta su decisión, tanto como él respeta tu dignidad. Esto demuestra su gran madurez y la clara visión que tiene de las cosas. Un Oráculo dirían los más religiosos, un filósofo los más escépticos... Midi, quienes le conocen.

Otros aspectos que le caracterian ese extremo detallismo con aquellos a quienes verdaderamente aprecian, no suele hacer grandes cosas (no tiene dinero), pero si intenta que esa persona recuerde que no es otra más, que es ella misma. A esto hay que añadir que es extremadamente empático, analiza a la gente sin querer y por alguna razón que siquiera yo sé explicar, es capaz de diferenciar y captar en la mayoría de las ocasiones las emociones y la forma de ser de los demás; aunque claro, todo humano se equivoca.

También cabría señalar que es extremadamente perfeccionista consigo mismo y que mientras esté concentrado es mejor no molestarle; sus enfados no son de armar jaleo ni herir, sino de callarse, dejar lo que esté haciendo e irse… Aunque algunos dicen que tanto guardar no es bueno.

Simplemente se puede definir a Milo con cinco palabras: perseverancia, madurez, fuerza, coraje y voluntad.