'Gilipollas no lleva tilde, pero se acentúa con el paso de los años.' ▬ RS Matt.

No es bueno fiarse de las primeras impresiones, ni ser superficial. Pero aveces hay que seguir tus instintos y serles fieles. Se suele escuchar, decir y rumorear que los ojos son el espejo del alma. Y sí, con Matt esta regla se sigue al pie de la letra. Habla mucho -miente, también- bromea, ríe y se cachondea de todo y de todos. Pero te costará mucho más escucharlo hablando de un tema serio, real. Algunos lo comparan con Peter Pan. No quiere crecer, no quiere tener grandes problemas -con la justicia ya tiene bastantes- no quiere tener grandes responsabilidades. Quiere vivir el día a día, al máximo. Sin demasiadas preocupaciones y sin tener la necesidad de darle explicaciones a nadie. Por esta regla de tres, nunca sabrás como pillarlo, nunca sabrás si habla en serio o se cachondea. Su cara siempre es divertida, con una sonrisa burlona pintada en los labios. Tan solo los que lo conocen realmente saben encontrar ese punto en el cual, sabes si habla en serio o no. Hay que fijarse en sus ojos, en su mirada, en la comunicación no verbal. Es complicado, pero quien no arriesga, no gana.

Por otro lado el muchacho es como el fuego. Si juegas con él, te quemas. Confunde. En determinadas ocasiones puede llegar a alumbrar, puede servir de una muy buena ayuda en todo aquello que alguien necesite, pero claro ¿a precio de qué? Normalmente no suele prestar su mano porque sí, siempre busca algo a cambio, siempre intenta salir beneficioso en todas y en cada una de las situaciones que se encuentra. Entonces si te ayuda, es porque le interesas, porque quedrá sacar algo a cambio. Todo un honor para ti. También desconcierta. En otras ocasiones también puede quemarte, inyectarte sus claros y fríos ojos en los tuyos y producirte escalofríos. Puede llegar a producir dolor, de manera que no puedas irte, no parar. Está en su sano juicio, todo hay que decirlo. Digamos que se le a subido a la cabeza todo. Se cree el mejor, se cree Dios y el intocable. Es bastante importante darle siempre la razón, mantenerle contento y bailarle el agua. En cuestión de segundos puede pasar de sonreír a enfadarse y golpear lo que sea. El muchacho no tiene manías, no tiene privilegios por nada ni por nadie. Si se enfada, escupe veneno por la boca, de tal manera que si se muerde, se envenena.


Es un sinvergüenza, un mal educado, un completo imbécil sin escrupulos. Le encanta notar como la gente se incomoda ante su presencia, como se hacen pequeños e indefensos. Le hace sentirse grande, poderoso, mejor. Ha aprendido mucho en las calles, en los tugurios y de las malas influencias. Ha recibido muchos puñetazos, se han metido mucho con él. Pero gracias o por desgracia de eso, hoy es quien es y sabe -y se hace- respetar. King. Es un creído, un engreído, prepotente, niñato cruel. Siempre quiere ganar, le encanta crear peleas, discusiones, exagerar y meter cizaña entre otras personas. Siempre crea situaciones incomodas y después, gracias a su inteligencia es capaz de salir airoso de todas éstas, echándole la culpa a otro pobre desgraciado. Odia con todas sus fuerzas a la gente débil, sin personalidad, que se dejan llevar y no luchan por sus interesas. Si eres así, se aprovechara de ti, pequeño. Es inglés, concretamente de Newcastle, pero en ocasiones se hace el sueco y se le da genial. Trata a la gente como trapos, como juguetes. Los mueve a su antojo y los exprime al máximo, dejándolos tirados cuando le interesa, cuando ya no pueden dar más de si. Una mala influencia en todo regla.


¡Oh! Las fiestas, todo un tema para él. Es adicto a las fiestas, al alcohol, al tabaco, a las drogas y al Rock and Roll. Le gustaría haber nacido en los sesenta y haber disfrutado todo lo que le cuentan los viejos. Ama el cachondeo, reírse de la gente, bailar, desmelenarse... Para despertarse al día siguiente vete a saber dónde. Medio deshidratado y sin dinero. Después sus amigos le suelen contar lo que ha echo y/o dejado de hacer y se ríen como críos en la barra de algún bar, acompañados de unas cervecitas y tapeo. Quizás solamente cuenta a sus amigos verdaderos con los dedos de una mano, pero esos serán su familia, los hermanos que ha elegido. Todo lo demás serán conocidos, que pueden decir lo que quieran de él, que no le importa. Quizás finge muchas amistades, pero las verdaderas las lleva en el corazón. Mata por los suyos y los defiende con uñas y dientes. En ese sentido es muy leal y muy suyo. Para él un amigo es alguien con quien puedes estar horas sin hablar, pero sigue ahí, esperando y/o haciéndote compañía. Tal vez nunca te hable de sus sentimientos, pero es que los tiene bajo llave. Solamente habla de ellos cuando va muy pasado, cuando ni se sostiene en pie... Y lo vomita todo, aunque el día siguiente no se acuerde de nada.

Para Matt, coquetear con las mujeres es el pan de cada día. Si no le tira la caña a por lo menos cinco chicas por día, no es feliz, le falta algo. No tiene demasiados fantasmas que le atormenten los sueños, así, que no tiene que vigilar por ninguna mujer. Tampoco tiene remordimientos. Las usa como juguetes, como carne. Claro que pocas veces llega a colmar sus deseos con ellas. Puesto a que las chicas son listas y piensan -y saben- que él solo quiere aparentar ser lo más, delante de los demás chicos, de la demás gente. ¿Homosexual? Hay gente que lo acusa de ello, pero en realidad no lo es. No sabe porque la gente le ha puesto esa etiqueta, no lo entiende, no lo comparte ¿quizás porque nunca ha tenido una novia fija, oficial? Tal vez. Pero es que Matt no cree en el amor, piensa que las chicas son unas furcias que van a por el dinero, a por los famosos. No le hables de este tema porque te morderá. Quizás alguna vez haya mantenido relaciones con alguien de su mismo sexo, pero Matt era el activo. En tiempos de guerra, todo agujero es trinchera.